Era una fría noche de invierno y Kiyomi Minagawa, una nueva profesora, trabajaba hasta tarde en la escuela. Mientras recorría los pasillos, oyó un alboroto procedente de una de las aulas. Se apresuró a ir al aula y se encontró a Ikushima, un conserje, atacando a un alumno que le había estado acosando.
Kiyomi se apresuró a socorrer al estudiante y juntos lograron reducir a Ikushima. Mientras lo hacían, Ikushima se llevó la mano a la cara y Kiyomi se dio cuenta de que sangraba por la nariz. Cogió un pañuelo de su bolsillo y se lo entregó a Ikushima, pidiéndole que lo usara para detener la hemorragia.
Mientras Ikushima le ataba el pañuelo alrededor de la nariz, Kiyomi se dio cuenta de que lo sujetaba con fuerza contra el pecho. Nunca había visto a nadie hacer eso antes, pero no pudo evitar sentirse atraída por la forma en que lo sujetaba.
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